Inversión y rentabilidad
Tradicionalmente, los barcos de alquiler acostumbran a ser propiedad de inversores externos a la empresa que los trabaja. Ello beneficia a todas las partes por diferentes motivos. La compañía de chárter puede gestionar unos barcos sin la necesidad de la gran inversión que seria necesaria para mantener una flota de varias unidades, que le permita cubrir un gran espectro de mercado. El inversor obtiene una rentabilidad económica muy atractiva, y si además tiene afición por la navegación, o interés en poseer un barco propio en el futuro unas ventajas añadidas muy interesantes. Y el usuario que lo alquila tiene a su disposición barcos nuevos y bien cuidados para elegir según sus necesidades y aptitudes.
La inversión de un particular
Intentaré explicarlo con un ejemplo real, que siempre ilustra más que mil palabras: Tengo un amigo, al que hace unos años, y faltándole unos pocos años para llegar a su jubilación (seis concretamente), decidió que le hacía mucha ilusión tener un velero para que en cuanto se jubilara, pudiera navegar con su esposa por el Mediterráneo, conociendo buena parte de sus países ribereños, y disfrutando de la tranquilidad que ofrece la ausencia de prisa ni obligación alguna, y la comodidad de vivir durante los meses o años que durara el viaje en su propia casa, su barco.
Así pues, de acuerdo con la empresa de chárter que eligió, invirtió en la compra de un velero nuevo de 40 pies (12 metros), 150.000 €, ahorrándose ya de salida el impuesto de matriculación puesto que los barcos destinados a alquiler, se matriculan en la lista sexta que esta exenta de este impuesto, y planeó un período de alquiler de seis años.
Durante cada uno de estos seis años, calculando una media de mantener el barco alquilado 20 semanas al año (el período de alquiler es de 7 meses o 32,5 semanas al año) a un precio medio de 2.500 €, el barco factura 50.000 € anuales. De ellos hay que descontar los gastos derivados; el 40% que representa la parte de la empresa que gestiona el barco: 20.000 €, los gastos de amarre: 4.000 €, el correspondiente seguro: 1.500 €, y una provisión para mantenimientos varios: 2.500 €. Tenemos entonces unos gastos totales de 28.000 €, lo que nos deja, unos ingresos netos de 22.000 €.
Rentabilidad
Al cabo de seis años, significa una cuenta total de 132.000 € de ingresos, más un barco que contando una depreciación de su valor del 4% anual, su precio de venta (en caso de querer venderlo) sería de 114.000 €. Así pues tenemos una inversión a seis años de 150.000, por la que obtendríamos un total de 246.000 €. Un rendimiento de 16.000 al año, un 10,66%.
Evidentemente mi amigo no lo vendió, sino que se ha dedicado a disfrutarlo navegando los meses de abril a junio de varios años, y ha seguido cediéndolo para alquiler los meses de julio y agosto en agencias del país donde estuviera en ese momento; España, Italia, Malta, Croacia, Grecia, Turquía, etc., con lo cual sufraga los gastos de mantenimiento, seguro y amarres para todo el año.
Es decir, navega y disfruta del turismo por el Mediterráneo europeo al mismo coste que estar en su casa (comida y varios).
Si la idea os seduce, os gusta, o simplemente deseáis saber algo mas sobre ello, no dudéis en poneros en contacto conmigo sin ningún tipo de compromiso.